
—La razón y la experiencia indican que uno de nosotros debe tener la mano ganadora. Ustedes argumentan que puedo no ser yo, pero no es menos cierto que puedo sí ser, y si consideramos los atributos que idealmente debería tener tal mano...
—¡Poné las cartas sobre la mesa de una vez!
—Es la última vez que invitamos a jugar a un teólogo.
¿En serio esperas que un teólogo ponga las cartas sobre la mesa de una vez? ;-)
ResponderEliminarSaludetes. Lola.
de hecho es raro que juegue a las cartas. llegue a tu blog a traves de lola, y a lola llegue a traves de el retorno de los charlatanes y...
ResponderEliminaren fin , una cadena afortunada de eventos
lindos blogs todos
Vamos a ver. La carga de la prueba compete al que afirma. Yo afirmo que el teologo NO tiene una mano perdedora. Por tanto, no hace falta ver las cartas.
ResponderEliminarSegún la carga de la prueba, está demostrado que el teólogo NO tiene una mano perdedora.
Vamos a ver. Yo digo que el teólogo NO tiene una mano perdedora. Pero la carga de la prueba compete al que afirma. Como yo niego, no hace falta demostrarlo.
ResponderEliminarO sea, no hace falta ver las cartas. Según la carga de la prueba, está demostrado que el teólogo NO tiene una mano perdedora.