
—Eso es lo que pasa cuando les damos poder a las mujeres: no saben gobernar, son blandas, y dejan que el país se llene de inmigrantes que nos quitan el trabajo y todo lo que nos cuesta tanto ganar. A la vuelta de este interludio musical vamos a hablar del invento progre de los derechos humanos y de cómo pone en peligro a la gente decente y trabajadora como usted o como yo.
—¡Por Dios! ¿Cómo puede ser que este tipo tenga un programa de radio?
—Tenés razón. ¡Ésta es música gay! Ahora los maricas están en todas partes. ¡Qué asco!
Mi compañero de oficina me hace escuchar el programa del pelotudo de Hanglin (estoy convencido que es un deber cívico utilizar ese epíteto siempre que se habla de él).
ResponderEliminarCuando uno piensa que encontró a la persona más indeseable siempre termina encontrando a alguna peor...
ResponderEliminarjajaja, un argentino hlablando de los maricas...¡¡no es cierto!!,creo que le sobra el acento a "QUÉ".
ResponderEliminarPor qué el mate no larga vapor?
ResponderEliminarPues dirán lo que quieran, pero no hay nada como escuchar la COPE mientras se sube a trabajar. Despeja la mente y da el punto justo de mala hostia y mala sangre necesario para llegar calentito al puesto de trabajo. Y eso que ahora, por desgracia, ya no está Don Federico.
ResponderEliminarCon la SER, me duermo tanto que temo que si la escucho mucho al volante pueda tener un percance por quedarme dormido.