martes, 14 de junio de 2011
Sensibilidad cultural
—¡No se aflija, mi amigo! Sí, sé que la ha pasado mal. Sé que lo han acusado injustamente, lo han azotado y lo han humillado en público... Pero puede contar con que al menos yo respetaré su autonomía y no le impondré valores ajenos a su cultura, como la presunción de inocencia y la protección contra los tormentos.
—Uuh...
—No, no hace falta que me agradezca. Lo haría por cualquier persona.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
Ja, ja, ja, ja, muy bueno. Quizás ahí alguno prefiera cambiar de cultura.
ResponderEliminar:-)
Conozco a un par de… ciudadanos… que no le verían la gracia a tu viñeta. En efecto, me han dicho que los derechos humanos no hay por qué «imponerlos» a una cultura ajena. ¡Ay, si solo hubiera tenido tu viñeta a mano!
ResponderEliminar