
—¡Tenés que unirte a nuestro movimiento! Promovemos la paz, luchamos por la justicia social y nos tiramos al paso de nuestro líder formando una alfombra humana para que sus augustos pies no tengan que tocar el suelo.
—Erm... No, creo que no. Paso.
—Ah, así que estás la paz y la justicia social no te interesan, ¿eh? ¡SOCIÓPATA!
¿Estamos hablando del Partido Humanista?
ResponderEliminarOsea que paz, justicia social, y servilismo mesiánico, ¿no? Interesante, supongo; podría ser éticamente aceptable colaborar con ellos sin apoyar sus tendencias sociópatas.
ResponderEliminarEn mi país también tenemos un rollo de esa cuerda...
ResponderEliminarSolo te falto decir que eran los Testigos de Jehová, jejejeje...todo el que no es testigo y apoya su causa es para ellos un sociópata
ResponderEliminar¿Pedrada al Pejecristo? XDDDDDDDDD
ResponderEliminarAplica también a la Campora, por ejemplo. En realidad a cualquier movimiento autoritario con un fuerte culto de personalidad hacia un líder carismático.
ResponderEliminarEs lo que pasa con cualquier movimiento político y religioso: que decir palabras bonitas sabe todo el mundo.
ResponderEliminar