
—Asumiendo que los seres humanos son agentes económicos racionales cuyas decisiones están orientadas a maximizar su beneficio según un autointerés claramente definido, he llegado a la conclusión de que no hay inversión más sólida que una granja de vacas esféricas.
Y sin huesos ni órganos, sólo rellenas de leche.
ResponderEliminarY ya pasteurizada.